Debo admitir que a partir de estos momentos, las siguientes palabras serán el resultado de una intensa búsqueda de adjetivos y palabras correctamente bellas que puedan precisar y describir el arte de Fellini. Honestamente, no me había permitido conocer el cine creado por Fellini, y aunque una película significa nada en comparación con lo mucho que puede dejar toda la filmografía de Fellini, creo que ha sido suficiente para enamorarme prematuramente de este director.
La Strada (1954) es protagonizado por Anthony Quinn y Giulietta Massina (esposa de Fellini). Giulietta da vida a un personaje que resulta agridulce para el espectador, Gelsomina, quien es una joven que proviene de una familia -pobre como muchas- que a cambio de dinero es entregada a Zampanó, un hombre que se autoproclama ser un artista ambulante. Sin embargo, no era la primera vez que esta familia pobre entregaba a una de sus hijas a cambio de dinero a Zampanó, de hecho, Gelsomina fue objeto de sustituir a su hermana Rosa que anteriormente había pasado por la misma situación que Gelsomina. Inocente, ingenua y optimista ante un presente incierto, Gelsomina acepta pasar el resto de sus días junto a Zampanó, un hombre que está acostumbrado a tratar a las personas como animales de circo. Aunque Gelsomina tiene la oportunidad de cambiar su presente y abandonar a Zampanó, ella permanece a su lado, ¿qué es lo que motiva a Gelsomina a continuar leal a Zampanó?
La Strada es una película inolvidable en su totalidad, empezando por los personajes que son parte fundamental de este film. Por una parte, se encuentra Zampanó quien es interpretado por Anthony Quinn, un personaje símbolo de rudeza y crueldad y que puede generar el descontento de cualquier persona, pero, aún así puede despertar en el espectador un sentimiento de condescendencia. Y por el otro lado, se encuentra Gelsomina interpretada por la esposa de Fellini y que al igual que Zampanó, genera mil emociones de impotencia. Cualquier desearía que las cosas fueran de determinada manera pero no es así y uno debe aceptarlas, así como lo hace Gelsomina en La Strada. Está de más decir que existen numerosos motivos para no perderse esta película, es toda una experiencia de vida que si cae en los ojos correctos del espectador idóneo, quizás pueda dar una perspectiva diferente a la vida.
La Strada(The Road:1954) Ending Scene
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